En medio de un mar de más de 100 zapatos, dos mujeres intentan hacerse paso para avanzar; quizá una analogía de los obstáculos que enfrentará la protagonista: Lu, una niña, y Guadalupe, ella misma como adulta, pues la historia se cuenta con ambas perspectivas en esta adaptación libre de la novela de Guadalupe Nettel, realizada por Bárbara Perrín.
Una de las características que ha marcado a Lu es una especie de lunar, una mancha en el ojo que le nubla la visión y que resulta su primer entendimiento de que el cuerpo ‘es como una prisión de la que no se puede escapar’.
Por este desperfecto de su ojo, ella empieza a ser molestada en la escuela, por lo que empieza a encorvarse como una cucaracha, de ahí su apodo: ‘cucarachita’.
“Saca el cuerpo, cucarachita; saca el pecho, cucarachita”, le dicen constantemente, lo que la hace sentir incómoda, y ajena a su cuerpo.
Dirigida por Benjamín Cann, la actuación de María resulta honesta y auténtica, transita entre la inocencia y las constantes preguntas que se hace una niña de 8, y conforme crece, entre las inquietudes y hormonas que rondan a una adolescente de 13.
Su cuerpo resulta un reto incluso para jugar fútbol, pues cuando empieza a desarrollarse, le va costando más poder atrapar la pelota con el pecho. Luego de que su mamá se deprime por un amor tomentoso con hombre casado, ella y su hermano se van a vivir con la abuela, quien no la deja jugar fútbol porque no es ‘de señoritas’. Aun así, ella lo hace a escondidas y con zapatos de charol.
Como en un buen coming-of-age (género cinematográfico y literario que retrata la maduración de un personaje) con el paso de los años Lu va experimentando más cambios y nuevas sensaciones, como el divertido placer que le provoca deslizarse por la escalera, o el empeño que pone en seguir los consejos de una revista que aconseja practicar a besar con una naranja.
“No haber dado beso a los 13 significa que estás o muy fea, o muy pendeja”, dice Lu. Así que más vale practicar.
Lu también experimenta su dosis de corazones rotos; pero los niños, se nos recuerda, sanan más rápido que los adultos; de las caídas, de la varicela y del alma.
El recorrido de Lu la lleva también hacia otros horizontes, como Francia; y hacia nuevas sensaciones, como el miedo que experimenta tras ver en las noticias la devastación de la Ciudad de México en 1985 por el terremoto, momento en que su padre estaba en el reclusorio.
Lu y su hermano regresan a México, tiempo en que su madre le cuenta que ha ahorrado durante mucho tiempo para poderla operar del ojo. Ella se rehúsa, ha pasado muchos años construyendo su identidad como para tener que empezar de nuevo.
Foro Shakespeare (Zamora 7, Colonia Condesa, 06140). Viernes 20:30 horas, sábado 19:00 horas y domingo 18:00 horas.