Si el hastío y el aburrimiento; Hedda no es feliz en su matrimonio, no ama a su esposo. Sus sufrimientos interiores la rebasan y aprisiona a quienes la rodean. Su “divertimento” son las armas. No desea tener hijos, no se ve cambiando pañales, y le vale madre el lujoso apartamento que habita. Casada con Jorge Trejo su vida será “aburrirme hasta la muerte…”.
Ana Mancera y Joseph Mustri hacen la adaptación del clásico Hedda Gabler de Henrik Ibsen; después de Casa de muñecas, es la obra más conocida del autor noruego. Se publicó el 16 de diciembre de 1890, el estreno en teatro fue en Münich, Alemania, enero de 1891. Hedda Gabler es un retrato realista y sicológico de la alta sociedad de finales del siglo XIX. En versión de Mancera y Mustri la historia es contemporánea, se desarrolla en la Ciudad de México sin perder el temperamento del texto original.
La dirección es de Cristian Magaloni, su trabajo es interesante, ocupa el reducido escenario con músicos y una mínima escenografía; a los actores los incorpora como espectadores, observan y entran a escena para encarnar a sus personajes; espectar y actuar, dualidad que comparten con el público que se sienta a su lado. Con sensibilidad Magaloni conduce acertadamente, bajo su dirección la obra está bien lograda.
Las actuaciones son de Samantha Coronel (Hedda Gabler), José Ramón Berganza (Jorge Trejo), Arnoldo Picazzo (Tío Ju), Quetzalli Cortés (Elías), Genoveva Mendoza (Bertha), Ana Mancera (Thea) y Roberto Beck (Carlos Kuri). El peso de la historia recae en la protagonista, todo un reto el personaje, Hedda es sicológicamente compleja, insatisfecha y a sí mismo vulnerable, Samantha lo asume y descifra con rigor y talento, lo encarna apropiadamente.
Esto no es Hedda Gabler es teatro de autor, un clásico desde un ángulo contemporáneo; la sicología del personaje traspasa el tiempo, la mujer vive insatisfecha y con hastío, atrapada en ella misma, en esta vorágine de emociones arrastra a quienes tiene cerca. Hoy la sociedad y las condiciones de vida gestan el aburrimiento y la insatisfacción como un siglo antes lo visualizó el autor en la creación de su obra…los clásicos nunca pasan de moda.
La puesta en escena se presenta del 15 de julio al 2 de septiembre, los jueves a las 19:15 horas en el Foro Lucerna, Teatro Milán.