“Esta es una historia de fantasía donde uno escapa de la realidad para trasladarse a un lugar mágico donde solo hay alegría, ilusión y cosas bellas…”
Además de incluir ballet clásico y contemporáneo, la versión de El Cascanueces que se presenta actualmente en la Sala Miguel Covarrubias de la UNAM, se diferencia por bailes de hip hop, voguing y hasta un sorprendente acto de danza aérea.
El coreógrafo: Diego Vázquez, nos habla sobre su propuesta y por qué considera que El Cascanueces sigue, y seguirá, trascendiendo el paso del tiempo.
Diego, ¿Cuál era tu relación con El Cascanueces? De joven, ¿habías tenido oportunidad de ver este ballet fuera del país? ¿Qué te llevaste de esos espectáculos?
Diego Vázquez: Mis padres siempre me llevaron a ver danza, pero tuve la oportunidad de que mi primer Cascanueces fuera con el New York City Ballet; la versión famosísima de George Balanchine que fue una experiencia maravillosa.
Nos sentamos hasta arriba, porque fue un plan de último momento, era idea de mi madre a quien le encantaba la danza. A ella le gustaba mucho llevarnos a mi hermana y a mí a espectáculos y manifestaciones artísticas desde muy chiquitos. Por ejemplo, nos llevaba a la ópera y nos decía: ‘No importa si se duermen, pero vivan la experiencia y aprecien lo que puedan apreciar, no desarrollar un gusto por las artes escénicas hasta su adultez, sino desde pequeños’.
Recuerdo tener 7, 8 años cuando vi este primer Cascanueces y fue maravilloso, una experiencia increíble; desde entonces, me quedé maravillado con esa historia y también con la danza, porque mi madre nos llevaba a ver varios espectáculos: de danza contemporánea, de ballet, e incluso el Taller Coreográfico de la UNAM que ahora tengo la fortuna de dirigir.
¿Tuviste algunas referencias de otros espectáculos para esta creación?
Diego Vázquez: Sí. Me encanta la versión de Biarritz, de Malandain, de ellos es de quien tengo más referencias, porque son una compañía pequeña de 20 bailarines más o menos. Cuando el Ballet de Morelos me hizo la comisión de hacer un Cascanueces con 11 bailarines, recordé esa versión y que sí se podía hacer con poca gente, entonces hice una versión libre. Toda la acción no podía suceder en la casa de los Stahlbaum, porque no tenía a todos los personajes ni a todos los juguetes, pero ¿qué pasa si en lugar de que Drosselmeyer sea padrino de María o Clara, tiene una juguetería y todo ocurre ahí? Así se me resolvió bastante de la historia.
Me inspiré mucho en esa versión de Biarritz que logra contar la historia con pocos bailarines y también en la de Mark Morris, que es muy simpática, muy chistosa y también con poquitos bailarines. Esas dos fueron mis principales influencias para poder hacer esta versión en el 2010; para mí suena muy loco, pero tenía 29 años cuando creé esta danza, y ahora, con 41 años, digo: ¡qué locura y qué valor para hacer esto!
¿Cuáles dirías que son tus diferenciadores para este ballet?
Diego Vázquez: Esta no es la versión del ballet clásico, porque si bien me basé en la novela de E. T. A. Hoffmann, es una versión libre; de hecho, el segundo acto está completamente inspirado en eso.
En mi primer acto mezclo elementos de la novela, del ballet clásico y mis propios elementos; es distinto en ese sentido, pero también es diferente porque tiene mucho humor. Estoy muy inspirado en los cómics, en las caricaturas que veía de chico y es muy lúdico, toda la danza es muy entretenida.
Los bailarines se divierten muchísimo, hay muchos gags para aquellos que crecimos en los ochenta, en cuánto a las figuras, las imágenes o los chistes; por ejemplo, la batalla con el Rey Ratón tiene muchas referencias a las películas de Bruce Lee, a cómics y hasta de Karate Kid, la gente las podrá reconocer inmediatamente.
Otra cosa que van a ver aquí -que no van a ver en ningún otro Cascanueces– es una escena de danza aérea. En esta los bailarines no solo son extraordinarios en su técnica clásica, sino que además hacen un número de danza aérea, es otro de los atractivos.
Asimismo, aquí integramos a niños, niñas y niñes estudiantes de danza de los Talleres Universitarios de la UNAM, que pertenecen a Danza UNAM, entonces esta producción ahora se ha convertido en 100% Puma.
Además de danza área y ballet contemporáneo, ¿incorporas entonces varios tipos de danza?
Diego Vázquez: Sí, me parece importante destacar que si bien el lenguaje principal de esta puesta en escena es el ballet y la danza contemporánea, también uso muchos elementos de hip hop, de lo que antes le llamaban danzas callejeras. Incluyo esos elementos de hip hop, de break dance y también ahora hice una actualización a esta pieza para incluir toda una escena inspirada en el voguing, la danza china es un homenaje a ello. Yo la he visto mil veces y me sigo riendo y divirtiendo como niño.
¿Cómo ha sido mostrarlo ante el público?
Diego Vázquez: Desde sus inicios esta versión ha sido un éxito; los teatros siempre han estado llenos. Por única ocasión el Taller Coreográfico tiene una temporada de jueves a domingo del Cascanueces en horarios de teatro, no en matinés como solían ser, y diario hemos tenido funciones agotadas con gente que se queda fuera. Eso te habla de que es un éxito rotundo y creo que se debe principalmente al tema de la Navidad, de la esperanza, de los regalos, de la magia, de los sueños cumplidos.
Esta es una historia de fantasía donde uno escapa de la realidad para trasladarse a un lugar mágico donde solo hay alegría, ilusión y cosas bellas, y eso ¿a qué niño o a qué adulto no le va a gustar?
Además, la música de Tchaikovsky es maravillosa y reconocible en cualquier lugar y momento; apenas se escucha la marcha, la danza rusa, o el solo del Hada de azúcar, y con esas primeras notas la gente identifica que se trata de Cascanueces; eso también lo hace muy atractivo.
Y finalmente, creo mi versión es exitosa porque a pesar de que tiene muy pocos elementos escenográficos, y poca gente en escena, es muy colorida, mágica y ocurren muchas cosas al mismo tiempo. Estaba yo en un momento de creación en el que me sentía muy inspirado, muy pleno y creo que es de mis primeras obras de gran formato donde además de la coreografía yo mismo hice el diseño de escenografía y de vestuario. Eso lo llenó de magia, ¡y el que tenga humor!, porque esta versión tiene mucho, hasta se escuchan las carcajadas con todo y la poderosa música de Tchaikovsky.
A tantos años de su creación, ¿Por qué consideras que El Cascanueces seguirá trascendiendo en el tiempo?
Diego Vázquez: Creo que por eso que acabo de mencionar, porque es una historia mágica, llena de esperanza, que invita a la gente a imaginar, a seguir soñando y buscando cómo acceder a espacios más libres, llenos de alegría, de humor, y de danza en este viaje que hace María. Eso y la música maravillosa de Tchaikovsky es lo que ha hecho que siga trascendiendo.
¿Cómo te gustaría invitar al público a que vaya a El Cascanueces en la UNAM?
Diego Vázquez: Me encantaría invitar a todos los lectores de Teatro y Danza a esta versión única, y libre, inspirada en la novela de E. T. A. Hoffmann. La gente podrá apreciar esta historia maravillosa, la música del gran compositor romántico Tchaikovsky, y aquí no solamente van a encontrar danza clásica, sino contemporánea, hip hop, break dance, voguing y donde los muñecos Cascanueces, el Hada de azúcar y el caballero son un grupo de hip hop que le enseña a bailar a María, y no solamente eso, de repente María hace una danza aérea con Cascanueces.
Todo eso es lo que van a ver en este espectáculo que ofrece el Taller Coreográfico de jueves a domingo, ¡y solamente nos queda un fin de semana! Con esto cerramos nuestra temporada 108 del Taller Coreográfico de la UNAM.
Agéndala
CCU, Sala Miguel Covarrubias Centro Cultural Universitario, CU, Insurgentes Sur 3000, Del. Coyoacán, 04510, Ciudad de México
Horarios
08/12/2022 de 08:00 p.m.
09/12/2022 de 08:00 p.m.
10/12/2022 de 07:00 p.m.
11/12/2022 de 12:30 p.m.
11/12/2022 de 06:00 p.m.
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