Se le suele denominar jauría a un grupo de perros que se reúnen para la caza dirigidos por una persona; de la misma manera, este es el título de la obra documental que recrea lo sucedido el 7 de julio de 2016, cuando un grupo de 5 hombres violó a una joven de 18 años durante las fiestas de San Fermín en Pamplona, España.
Escrita por Jordi Casanovas (a partir de la transcripción del juicio realizado al grupo que se denominaba “La Manada”), esta obra se presenta en el Foro Lucerna en una temporada corta que concluirá el próximo 16 de enero. Paralelamente, el montaje se presentó recientemente en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris ante funcionarios que procuran la justicia en México y concluyó con una nutrida sesión de preguntas y respuestas con el público.
Interpretando a la actriz principal está Ana Sofía Gatica, quien realmente hace un extraordinario papel como la joven que acudió a las fiestas de Pamplona buscando pasar un buen rato y terminó experimentando el peor momento de su vida. El arco de Ana es notorio para mostrar diferentes facetas: la alegría e inocencia de conocer a aquel de grupo de jóvenes; luego el dolor, la duda y la impotencia al ser cuestionada por un grupo de abogados tras la violación; y finalmente, en uno de los momentos más memorables, como la fiscal que apela por la joven en el juicio que se llevó a cabo entre el 13 y el 17 de noviembre de 2017 y que ultimadamente logró la modificación del código penal español.
Seis actores: Eduardo Tanús, Daniel Bretón, Roberto Beck, Rodrigo Virago y David Calderón León recrean a los abusadores. Los vemos tanto en los momentos previos al ataque, durante el abuso, como los abogados que revictimizan a la joven, y en el juicio; hombres que se muestran totalmente desensibilizados y desconectados con la realidad.
Tras una exhaustiva investigación del caso real, Angélica Rogel dirige de manera notoria a este grupo de actores, que bajo la coreografía de Alan Uribe Villarruel realmente parecen una jauría; animales sin raciocinio que buscaron satisfacer un instinto sin tomar en cuenta a la mujer, sin pensar en las consecuencias y especialmente sin entender la diferencia entre consenso y violación. Este es un gran logro de la obra: evidenciar la urgencia por una reeducación sexual.
Otro acierto es que la palabra ‘víctima’ deja de resonar, pues Jauría más bien muestra a la protagonista como una mujer valiente que denunció el caso con fuerza, y ultimadamente, victoria. En el proceso, hubo además gran sororidad de parte de colectivos de mujeres y de agrupaciones feministas.
Quizá haciendo un guiño a esto, durante la recreación del juicio, los papeles cambian y Ana da vida a la parte acusadora como la fiscal que cuestiona a “La Manada”. Además de evidenciar la violencia de género, es importante recalcar que la obra de Casanovas está construida a partir de las declaraciones de la sobreviviente y los cinco acusados, no se agregó texto alguno de ficción.
Jauría es una obra difícil de ver porque realmente es llegadora: duele, incomoda, confronta; pero es por eso que resulta increíblemente necesaria, como una forma de darle voz a esta sobreviviente o a cualquier otra mujer que haya experimentado abuso; para evidenciarlo, pero sobre todo, para evitar que vuelva a repetirse…
¿Dónde verla?
Foro Lucerna (Lucerna 64, Juárez, Cuauhtémoc, CDMX), Lunes, 20:30 horas, hasta el 16 de enero de 2023.
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