¿Qué tienen en común un vagabundo y una mujer que se encuentran en un parque? A primera instancia parecería que nada: ella tiene un traje elegante y luce pulcra; él lleva ropa hecha harapos y la piel sucia, pero a medida que empiezan a platicar, y a confiar uno en el otro, descubrirán no solo lo que tienen en común, sino cómo ayudarse.
Estos personajes: Ana y Pedro, son interpretados por María del Carmen Félix y Emmanuel Morales, quien también dirige este montaje que se presentará hasta el 1 de agosto en el Teatro La Capilla.
La obra de Roberto Santana (reconocido dramaturgo venezolano) y adaptada por Carlos Talancón sitúa a Ana en un parque donde intenta leer, pero como Pedro está silbando, ella se molesta pues el sonido no la deja concentrarse. Conforme empiezan a hablar, vamos entendiendo que se parecen más de lo que creemos: ambos solían jugar en ese mismo parque de niños, tienen gusto por los libros y pueden citar a Dostoyevski.
Él le advierte sobre los peligros de estar sola a esa hora, en un lugar donde suelen ocurrir todo tipo de delitos, pero ella parece no tener miedo.
“¿Te asustas?”, pregunta él.
“Ni pizca”, responde ella.
Él remarca que ahí asaltan, violan, destripan, humillan, pero Ana es enfática en que tiene derecho de caminar o sentarse donde le venga en gana; realmente parece no sentir miedo, o quizá, está buscando peligro, sentirse viva…
Pedro va mostrando ser un hombre culto, alguien que, como él mismo recuenta, pudo haber estudiado economía, ciencia, literatura, botánica, y sobre todo medicina; pero su futuro se vio truncado por la intervención de personas como el Doc Ximandro, quien con métodos poco ortodoxos le hizo ver que la medicina hoy es un comercio descarado donde la salud y la enfermedad son monedas; con ello entendió otra cara de la medicina, y sobre todo, de la vida.
Cuando Ana le cuenta que es agente eutanásica, aumenta el conflicto pues él interpreta esto como que ella es policía, así que decide someterla para intentar violarla, hasta que los papeles se invierten y ella lo amenaza con una pistola.
Al aclararle Ana que no es policía, sino que trabaja ayudando a morir dignamente a las personas, él no la juzga; escucha cómo ella transmite paz, calma y alivio en ese último deseo, lo que tomará aún más sentido en el desenlace de la obra.
Encuentro en el Parque Peligroso se estrenó en 1991 en el teatro Las Palmas, de Caracas, Venezuela, desde entonces se ha presentado en países como España, Argentina, Colombia y México. A treinta años de su estreno, la obra sigue siendo relevante al abordar temas como la compasión por el otro y la muerte digna, lo que a la vez termina siendo otro acto de amor…
ENCUENTRO EN EL PARQUE PELIGROSO, Teatro La Capilla. Madrid 13, Del Carmen, Coyoacán. Domingo, 18:00 horas. Loc. $300. Función presencial con aforo limitado y transmisión en línea. Adolescentes y Adultos. Hasta el 1 de agosto.