En la Nochebuena, Marie y su familia reciben un cascanueces en forma de soldado, obsequio de un relojero e inventor llamado Drosselmeyer. Dado que el muñeco le gusta mucho a la niña, su padre la nombra su protectora. Esa misma noche, cuando ya todos se han ido a dormir, Marie es testigo de una batalla entre sus muñecos, bajo el liderazgo del cascanueces, y los ratones cuyo rey tiene siete cabezas. 
Gracias a su intervención, los ratones pierden la batalla pero Marie se lastima al caer en un armario y pierde la conciencia. En ese lapso visita con el cascanueces un reino mágico poblado de dulces y muñecos. Al día siguiente narra a sus padres la aventura que vivió, pero ellos piensan que todo ha sido resultado de la fiebre que le causó la herida.
Esa es en síntesis la historia que narra El cascanueces y el rey de los ratones, novela escrita por el alemán E.T.A. Hoffmann y editada por primera vez en 1816. Un texto fantástico de catorce capítulos hecho para niños, que Alejandro Dumas adaptara en 1844 bajo el título Historia de un cascanueces. El ballet El cascanueces de Piotr Ilich Tchaikovsky, compuesto entre 1891 y 1892 está basado en esta adaptación.
Sin embargo, la diferencia más grande entre el ballet y la novela de Hoffmann es que la explicación de cómo un joven fue maldito y convertido en cascanueces, falta por completo en el ballet.
A fin de retomar la historia escrita por Hoffmann, Jessica Sandoval y su compañía presentan durante esta temporada decembrina Marie y su cascanueces, una puesta en escena – con música en vivo a cargo de Alonso J. Burgos – que nos cuenta a través del teatro y el ballet, la historia de una niña bondadosa y muy imaginativa que recibe un peculiar regalo de Navidad.
Adaptada y dirigida por Sandoval, la pieza es en palabras de la bailarina y coreógrafa: una adaptación de los textos, en la que se entiende muy bien la historia de Marie.
“Le quise dar el acento a Marie, que para mí es la protagonista. Hoffman hace una referencia muy fuerte a la imaginación y remarca que sea en la niña y no en su hermano Fritz, en quien recaiga la capacidad creativa e interpretativa; por eso hago que Marie sea quien nos cuente su historia, y pongo énfasis en el título Marie y su cascanueces.
“A mí me gustan mucho los personajes de Marie y Drosselmeyer, porque están en este juego entre la ficción y la realidad, que para mí es la capacidad imaginativa y creativa de abordar o de percibir la vida”.
La obra se divide en dos partes: en la primera, que es más teatral, se remarcan cosas de la historia que no se ven en el Cascanueces tradicional.
“Porque la historia es mucho más que la relación de Marie con el cascanueces. En el ballet, el personaje del padrino no se entiende bien. Ahí es como un parche en el ojo, al que a veces ponen con una capa. Si es un personaje mágico, pero no se entiende bien esta parte de la ficción, no se alcanza a percibir que Drosselmeyer es un personaje clave porque él mismo está dentro de los cuentos que le narra a Marie. Aquí hay un juego entre la vida real y la ficción y este personaje es nuestro puente entre esas dos vidas. Eso es lo que se cuenta en la primera parte.
“Ya en la segunda parte, cuando entran al mundo fantástico, que corresponde al mundo de los muñecos y de los dulces, quise dejar toda esta parte del ballet que me parece muy fantástica y qué es más fantástico que el ballet, que las mujeres paradas en puntas bailando las danza de las flautas y de los bombones”.
“Esto es lo que llaman metafantástico porque es la fantasía dentro de la fantasía. Ese juego entre la realidad y la fantasía; siempre el tránsito entre uno y otro. Y ponerlo en una niña es una invitación a no dejar de imaginar estos mundos fantásticos o creativos en donde me parece que podemos tener la capacidad de transformar nuestro mundo y nuestro entorno”.
Siguiendo todas las medidas de salud, Un Teatro sigue trabajando al 30 por ciento de su capacidad porque su equipo desea que la gente se sienta muy segura y disfrute un buen momento que le dé alegría.
“Si no nos podemos abrazar, si podemos emocionarnos juntos. En compañía de otros, aunque estemos distanciados metro y medio. Porque estoy absolutamente convencida que el teatro hace bien. El arte hace bien, proporciona salud mental y física. En principio a nosotros nos hace bien estar trabajando. Estamos bien, estamos sanos y estamos siendo responsables”.
Con siete bailarines en escena y la versión a piano del Cascanueces de Tchaikovsky, Marie y su cascanueces se presenta en Un Teatro (Nuevo León 46, Condesa) del 17 al 21 de diciembre a las 19:00 horas. El sábado 19, a las 19:00 horas; y el domingo 20, a las 13:00 horas, habrá un concierto con la presencia de Drosselmeyer y Marie. Localidades: $200, $300 y $500.
