Las vicisitudes de un actor forman parte de su esencia; lo que él representa al subir a un escenario es a partir de sucesos, aventuras, caos y emergencias que le dan sentido a su existencia. Con la tercera llamada, el público no sabe ni imagina lo que un histrión tuvo que pasar para dar función. Pero el actor cabalmente se debe a su público, y pase lo que pase, ante viento y marea…El show debe continuar.
Con la tercera llamada inicia la función, detrás del telón se escuchan voces, algo no está bien, no están listos. Nuestro personaje sale a platicar y entretener a los asistentes; después de algunas preguntas y respuestas, se abre el telón, todo está dispuesto, inicia el espectáculo. Un actor narra, actúa y se desdobla en varios personajes, el relato describe lo que sucede con una compañía que sale de gira a representar una obra.
De Jeff Leard, El show debe continuar es un monólogo donde un actor es el protagonista de su propia historia. Leard construye el texto a partir de experiencias personales, nos habla de la turbulenta travesía de una compañía que viaja en una Combi por lugares insospechados y sorprendentes durante una gira teatral. El comediante Interpreta a los personajes que allí viajan y los roles de la obra que representan.
La actuación es de Marcos Radosh, su labor es impresionante, encarna y se desdobla en múltiples personajes (Bob Ross, “La Roña”, etc.); articula desde la comedia un unipersonal donde nos muestra su gran capacidad actoral. Sobre el escenario se transforma, matiza, crea, construye y se deconstruye. El espectáculo es vertiginoso y por momentos pausado, se da tiempo de respirar y reflexionar. Espléndido trabajo.
La dirección es de Eduardo Soto, su labor refleja la empatía con Marcos; ambos saben lo que quieren representar, cómo lo abordan y de los elementos que echan mano. El resultado es una puesta en escena bien lograda; atrapa al espectador, lo divierte y lo trasladan a su mundo, ese sitio donde habitan personajes entre piernas, telones, luces y escenografía. Es el quehacer teatral y todo lo que lo rodea y da sentido a sus vidas.
El show debe continuar es teatro que le habla al público desde su propia índole. De frente al escenario, desde su butaca el espectador no se ve reflejado como sucede con otras obras, con textos que versan sobre el contexto actual; lo que ve es un show dentro de otro, la paradoja no viene del escenario, nace en el momento que el actor interpreta su personaje, visto no desde la ficción, sino desde la más lúdica realidad.
La traducción y adaptación es de Marcos Radosh; iluminación, Mario Serralde; realización de escenografía y vestuario, Verónica Maya y Carlos Soto; música original, Eduardo Soto. Las funciones son en La Capilla Teatro los sábados a las 19:00 horas, del 7 de marzo al 25 de abril.