Ir de compras y después coger; su relación funciona, no involucran sentimientos, solo es pasarla bien, sin problemas. Él tiene dinero y lo comparte, él no se quiere enamorar, la relación funciona. “No relaciones personales, es más una transacción”, el arreglo es, uno paga y el otro cumple. “Te puedes coger a otro, pero no me puedes besar…” El beso negro es el mayor placer, sin embargo descubre que sangra por el ano. Su padrastro lo viola desde niño. “Quiero que alguien me cuide….”
Compartir el mismo departamento es compartir la miseria material y espiritual. La adicción a las drogas y al sexo une a los tres. Coger con ella da igual, si a ella le apetece. Rehabilitarse podría ser posible, dejar las drogas es un acto de voluntad. Ella busca empleo, para lograrlo primero deberá mostrar las tetas. Conseguir dinero fácil se logra vendiendo droga, es la mejor opción. “Detrás de la belleza ¿qué queda?, ¿detrás de Dios que queda…? ¡El dinero…!!!”.
Sexo, drogas, prostitución, dinero y la miseria humana son elementos que edifican la historia. Shopping & Fucking es autoría del dramaturgo inglés Mark Revenhill, la puesta en escena se estrenó en el Teatro Finborough, Londres en 1995. Con humor negro la obra de Revengill asombró en su presentación por violenta y temática sexual; considerada la primera obra británica dentro de la corriente teatro in-yer-face (teatro en la cara) termino que describe el estilo vulgar y de confrontación en el escenario.
La dirección es de Sixto Castro Santillán, acertada decisión para una obra de esta índole. Sixto tiene empatía, afinidad y sensibilidad con obras que abordan estos temas. Su labor acentúa el universo abyecto que habitan los protagonistas; utiliza elementos del mundo infantil para divergir, disentir con la vida oscura y disoluta de los personajes. Bajo su conducción el espectáculo es hostil y perturbador, bien logrado.
Las actuaciones son de Angélica Bauter, Norman Delgadillo, Gonzalo Guzmán, Claudio Lafarga y Luis Vegas. El mayor desafío para el elenco al encarnar personajes con esta personalidad, no es despojarse de su vestimenta, consumir drogas, o coger frente al público (las escenas están bien cuidadas y logradas), lo complicado es mostrar la miseria espiritual que cada uno lleva en su interior, lo que su mente piensa y siente, y si, su trabajo es muy acertado.
En los años 90s del siglo pasado la obra escandalizó, la temática es fuerte, hoy no debería de asombrar a nadie, estamos avanzados en el siglo XXI, sin embargo no deja de subvertir lo que se presenta sobre el escenario. El espectador conectará con la obra desde su propia percepción y visión, con los demonios que cada uno lleva dentro. Sobre el escenario está el espejo, su reflejo no cambia con los años. Insatisfechos e infelices siempre han existido.
La traducción es de Juan Carlos Franco. Escenografía, Abimael Méndez; iluminación, Alejandra Escobedo; vestuario, Mau Arizona; multimedia, Yoatzin Balbuena; música original, Santiago Kouhri. Las funciones son en el Foro Lucerna los lunes y martes a las 19:45 horas, del 5 de julio al 21 de septiembre.
