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La relevancia de Todos Eran Mis Hijos en 2023. Entrevista con el elenco

Fotos: Luis Quiroz

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Todos Eran Mis Hijos es una historia sobre las relaciones de padres e hijos, de los encuentros, desencuentros, y especialmente sobre el duelo.

La obra dirigida por Diego del Río tiene un elenco integrado por Arcelia Ramírez, Pepe Del Río, Ana Guzmán, Gonzalo de Esesarte, Fabiola Villalpando, Nicolás Pinto, Angélica Bauter, Evan Regueira y Eugenio Rubio.

Platicamos con Gonzalo, Fabiola, y Evan sobre su participación en este montaje y cómo consideran que Todos Eran Mis Hijos sigue siendo relevante hoy.

¿Cuál era su experiencia con esta obra, ¿la habían leído antes? ¿Visto algún montaje?

Gonzalo de Esesarte: La obra la conocí a través de Diego, para un trabajo de escenas en el Conservatorio de Actuación en el 2021. Que como dato curioso, Nicolás Pinto, Fabiola Villalpando y yo presentamos una escena y hoy todxs somos parte del elenco. Pude ver algunas escenas grabadas de la última producción de la obra en México y también la grabación del montaje del National Theatre.

Es realmente la primera vez que me encuentro con un material que al leerlo me provoca lágrimas, hubo algo que se conectó no solo desde la racionalidad de comprender el texto, sino de entenderlo a través de sensaciones muy claras en el cuerpo. Sentí inmediatamente una necesidad real de hacer esta obra y de darme un clavado al mundo del personaje de Chris.

Fabiola Villalpando: Yo soy egresada del Conservatorio de Actuación en Sunland, y en el Programa de Perfeccionamiento Actoral en el que estuve en el 2021, trabajamos escenas de esta obra. La leímos completa y Diego y Ana Guzmán (quién también está en este montaje), eran nuestrxs maestros, y nos repartieron escenas. Gonzalo, Nicolás y yo teníamos una del final del segundo acto, y con ese texto y esa escena (yo ahí investigaba a la madre), entendí una dimensión actoral más profunda, le debo a Miller eso.

Recuerdo que la primera vez que la leímos, me movió muy profundo todo el tema de los secretos en las familias y de las relaciones con nuestros padres y madres. Pensé en mi familia, en mi papá y en mi mamá y en cómo, desde nuestra historia, también hemos tenido encuentros que nos deconstruyen y nos construyen. Recuerdo cuando los vi como personas por primera vez, y no solo como mis papás. También pensé en cómo nos desligamos todos los días de la responsabilidad social que tenemos, y cómo nuestras decisiones afectan a todas las personas. Recordar eso ha sido muy importante para mí.

Evan Regueira: Había leído el texto durante la carrera en Inglaterra y cuando regresé a México decidí utilizar un monólogo de Chris Keller para la primera audición que tuve para una película. Era una película de época y pensé que sería buena idea. El texto me resonaba mucho sobre todo con el tema de la pérdida. Cuando estaba en la universidad uno de mis mejores amigos de la infancia y adolescencia murió trágicamente en un accidente. Eso me hacía conectar con Chris y la pérdida de su hermano. En ese entonces (hace 12 años) siempre leía la obra desde el punto de vista de Chris. Ahora ha sido muy gozoso revisitarla desde el punto de vista del Doctor y del Evan versión 2023.

 ¿Hace cuánto y cómo empezaron a trabajar con Diego del Río y cómo ha sido su proceso con él?

Gonzalo: A Diego lo conocí en el 2019, siendo mi maestro de tercer año en CasAzul. Desde entonces, en todos los procesos que hemos tenido, se ha ido fortaleciendo la colaboración y el lenguaje que tenemos en común a la hora de crear un material. Hasta hoy llevamos seis proyectos juntos: Mi Pequeño Corazón Caucasiano, con el que cerramos el año en CasAzul; Bodas de Sangre, la primera obra del Programa de Perfeccionamiento Actoral en el Conservatorio de Actuación; Juana Sin Cielo, el debut de Diego dirigiendo una Ópera; Todo El Silencio, la ópera prima de Diego como director de cine; Ojo con la vida, un proyecto en formato de podcast, y ahora Todos Eran Mis Hijos, que se fundó desde nuestras clases en el Conservatorio de Actuación.

Una vez escuché a Zuria Vega decir que Diego es de lo mejor que le puede pasar a un actor en su proceso y no podría estar más de acuerdo. Agregaría que no solo como actor ha sido sumamente importante el encuentro, sino también como amigo.

Fabiola: Tengo seis años trabajando con Diego. Primero, desde hace 7 años fue mi maestro de actuación, y para mí es el maestro que me ha formado al 100% en mi actoralidad, en quien más confío como ojo externo por su sutileza, verdad, complejidad y humanidad a la hora de trabajar.

Después fui su asistente de dirección en varios proyectos. Es un regalo para mí trabajar con él, porque tenemos ya una confianza absoluta y una complicidad que se enriquece en cada proyecto.

Esta es la tercera vez que me dirige, y ha sido un proceso hermoso. Trabajar con Diego es indagar en las personas que están en los textos y encontrarnos con ellas a partir de las personas que somos nosotrxs como artistas y como individuxs. Es un trabajo muy profundo, de habitar desde la verdad y de saltar al vacío para encontrarnos con la ficción y con lxs compañerxs cada vez, aceptando el presente de cada ensayo y cada función. Y esto solo se puede hacer con una guía tan específica, amorosa y profunda como la de Diego.

Evan: Yo comencé a trabajar con Diego a inicios del 2016. Desde entonces hemos compartido procesos en dos vías: el teatro y la docencia. Fui director residente de Duele, RENT y El zoológico de cristal y como actor trabajamos en Las tres hermanas y ahora Todos eran mis hijos. Impartimos juntos la materia de actuación en CasAzul durante 5 años y en distintos grados de la carrera. En enero de 2021 inauguramos el Conservatorio de Actuación en Sunland, una escuela profesional de actuación en donde juntos encabezamos la dirección del proyecto. En estos casi 8 años de trabajar de manera cercana hemos podido compartir muchos de nuestros referentes, nutrirnos y cuestionarnos mutuamente, investigar juntos la actuación, y desarrollar un lenguaje en común. En un proceso como Todos eran mis hijos esto significa que hay un entendimiento claro del tono que busca el director, permite un trabajo de creación en complicidad, ¡y hace muy efectivo el proceso de notas!

Gonzalo, ¿Cómo construiste el arco de tu personaje y todas las emociones por las que pasa durante la obra?

Gonzalo: Toda la construcción del personaje realmente ha sido un viaje hermoso, alborotado, de extravíos inmensos y descubrimientos de mí mismo. Una vez escuché a Cristian Magaloni decir que es muy común que el conflicto del actor ante el personaje, es el conflicto del personaje en su universo, y creo que eso me pasó a mí. Al principio pensaba que lo tenía muy entendido, pero en el análisis, obviamente de la mano con Diego y todo el elenco, se iba difuminando mi “claridad” y se transformó en un extravío muy abrumador. Luego con el tiempo fui entendiendo que el personaje también estaba extraviado en su contexto. Siendo sumamente contradictorio, como lo somos los seres humanos, idealista pero siempre ocultando algo, entre muchas otras cosas. Hoy no puedo decir que tengo a ese personaje resuelto, todas las funciones me sigo encontrando con cosas nuevas y eso es realmente emocionante.

 ¿Y cómo te has sentido en este debut de teatro profesional?

Gonzalo: Ha sido muy lindo poder compartir con gente querida y con el público en general el trabajo que toda la compañía ha puesto en este proyecto. Me siento muy agradecido por ser parte de esta historia y con un anhelo inmenso de seguir colaborando con este grupo y abrir espacios al encuentro con más teatro.

 Evan y Fabiola, ¿Cómo trabajaron para estar tan presentes en el escenario aún sin tantos diálogos?

Fabiola: Desde la primera lectura me fui dejando moldear por Lydia. Ha sido un encuentro con ella de reconocerme en esos colores, tan luminosos, de ubicar en qué momentos yo los tengo, abrazarlos y prestárselos, así como dejar que ella los tome y me guíe. Es increíble y delicioso jugar con ella. También se ha construido, y se construye cada función, gracias a mis compañerxs, ser a partir de lo que ellxs me dan.

Evan: Nunca antes como en esta obra había cobrado sentido esta frase de “No hay personajes pequeños”. Por un lado he pensado mucho en la importancia de estarse entrenando. Porque estar tres horas en escena mirando, dando foco, estando alerta, no es cosa fácil. Supongo que también es algo que te van dando las tablas. Pero por otro lado, el estar presente hace que no te desconectes del núcleo de la obra y en vez de estar fuera de escena ‘esperando tu pie’ para entrar, puedes habitar y recorrer el arco dramático de tu personaje al mismo tiempo que el resto. Creo que eso ayuda a que las intervenciones de los personajes que tienen menos tiempo en escena no se sientan fuera del tono o la energía que se plantea; al contrario, muchas veces se siente cómo estos personajes transforman la atmósfera de la escena.

Dato curioso: Miller describe esta obra como “grecoibseniana”; es decir, una tragedia griega disfrazada de realismo. En ese sentido me he puesto a pensar qué rol juega cada personaje dentro de la tragedia y creo que el Doctor es como el mentor en los griegos. Siento que eso me ha ayudado a entender también el rol y la importancia que tiene este personaje dentro de la dramaturgia de la obra.

¿Cómo ha sido trabajar con Arcelia, ¿qué se han llevado de ella?

Gonzalo: Primero la idea de trabajar con Arcelia obviamente me parecía una locura (muy emocionante) porque literalmente estudiaba su trabajo en la escuela y era constantemente mencionada como un referente actoral del país inmenso. Pero desde el día uno fue el encuentro con una persona de una generosidad gigante, con un sentido del humor fantástico y sobre todo con una mujer poderosísima. Todos los ensayos eran una masterclass de estudio de escenas, ser testigo de cómo es importante cuestionarse TODO, sin dar un solo paso adelante hasta tener un grado de claridad en lo que estamos haciendo.

Lo que más me he llevado de ella ha sido la hondura que se puede alcanzar con una sola palabra o una sola acción. Es impresionante la capacidad de darle tanta dimensión a momentos que en la primera capa pueden ser pasados por encima. Nunca me ha dejado de invitar a cuestionarme cada vez más a lo que digo o a lo que hago como actor, y siempre voy a estar agradecido por eso.

A Ana la vi por primera vez en Despertar de Primavera y desde entonces soy un admirador inmenso de su trabajo. Fue también mi maestra en el Conservatorio de Actuación como adjunta de Diego y fue la oportunidad de aprender directamente de ella. Con su trabajo en Incendios e Indecente, puedo decir sin duda que es la actriz que más me ha conmovido como espectador. Y ahora trabajar con ella está siendo de los procesos más inspiradores que he tenido. Lo que más me llevo de Ana es cómo podemos decir tanto solo con la mirada y en no dar por hecho ningún momento en escena, siempre llevando la circunstancia a las últimas consecuencias.

Fabiola: Trabajar con Arcelia es un sueño. Desde hace cinco años, cuando fui asistente de dirección de Las tres hermanas, yo soñaba con actuar con ella por toda la entrega y entereza que tiene. Verla trabajar es una clase de actuación constante, cómo se avienta y vuela. Me llevo sus miradas, su libertad con el cuerpo y su investigación constante. Ella nunca deja de investigar y eso es lo que más me inspira como actriz.

Eso también lo veo en todxs lxs integrantes del elenco. Hay una pasión absoluta por lo que hacemos y un rigor por contar esta historia con el alma. Lo veo en Pepe, que adoro y que me parece un valiente absoluto, un guerrero de la ficción; en Evan, que siempre está construyendo y habitando desde la verdad; en Ana, que desde la sencillez deja que la vida entera le pase; en Nico, que juega todo el tiempo con ligereza y profundidad; en Angie, que es una bestia del escenario y una compañera generosísima; en Gonzalo, que se avienta con todo y de quien admiro muchísimo cómo se entrega a la ficción; y en Eugenio, con quién solo hay que estar porque te da todo, es pura generosidad, pasión y alma y vísceras.

¿Qué les ha gustado más de ser parte de Todos eran mis hijos?

Fabiola: El equipo que somos. Se ha vuelto una familia, además de que ya nos conocíamos y teníamos muchas ganas de trabajar juntxs, quienes no lo habíamos hecho. Me encanta encontrarme con todos y todas en cada momento y saber que están ahí para mí y yo para ellxs; tanto en la ficción como en la vida.

Evan: Dos cosas: la primera, el texto, que es un agasajo para analizar. Está bordado de una manera súper fina. Nada le sobra. Todavía ahora, a mitad de temporada, sigo descubriendo cosas nuevas que Miller pone en el texto. Es una obra maestra sin duda alguna.

La segunda, la compañía. Aparte de ser una talentosísima, son amigos. Compartir este proceso con tanta gente que forma parte de la comunidad del Conservatorio de Actuación, es un sueño.

¿Por qué consideran que Todos eran mis hijos sigue siendo relevante en 2023?

Gonzalo: Porque habla sobre viajes de la condición humana que no expiran. Es una invitación a cuestionarte tu lugar en una familia, en una sociedad y en el mundo. Habla sobre las cosas que decidimos ignorar u ocultar para nuestro propio beneficio. Sobre el deber ser, la identidad, los secretos, la decisión, etc. Nos parece no solo sumamente relevante en nuestro tiempo, es también relevante a nuestro país.

Fabiola: Es relevante porque lamentablemente el capitalismo nos rige al 100%. El sistema nos pide ser soldados del dinero, y entramos en una especie de juego en donde muchas veces es difícil ver y reconocer que todxs lo estamos jugando y estamos pasando por encima la vida, la autonomía y los derechos de muchísimas personas. Tenemos que hacernos responsables de nuestras decisiones y de cómo afectan al resto del mundo.

Evan: Es una obra que critica el capitalismo y habla de los ‘valores’ de la familia (que guarda secretos terribles). ¡Suena a México 100%!

¿Por qué les gustaría que el público vaya a Todos eran mis hijos?

Gonzalo: Para darse un espacio de encuentro con una historia que puede detonarnos preguntas que tal vez nunca pensamos en hacernos. Y obviamente para seguir llenando de vida el teatro en México.

Fabiola: Porque esta puesta y este equipo proponen un encuentro, que es de lo que se trata el teatro. De encontrarnos, mirarnos, escucharnos y resonar. Esta historia no es lejana, podemos ver a nuestras familias y también a nuestro país.

Evan: Compartir este viaje con el público es un gozo. Es un texto emocionante que no deja de sorprender. ¡El público se la pasa bomba! Y seguro te sentirás identificado con algún personaje y… te dejará pensando. ¡Deja que el Teatro te sorprenda!

Agéndala

Todos eran mis hijos. Foro La Gruta (Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn, Álvaro Obregón, CDMX). Lunes y martes a las 20:00 horas. Entradas: $310. Hasta el 19 de septiembre. Se recomienda comprar boletos con anticipación desde aquí.

PRÓXIMOS PROYECTOS

Fabiola, ¿Hay planes para reponer Mamá se fue a la luna?

¡Estoy muy feliz de responder que sí! Lamentablemente tuvimos eventos de abuso de poder con la administración de Un teatro, y por eso ya no podemos continuar ahí, pero vamos a regresar en otro espacio para compartir esta historia que también es un encuentro con nuestros pasados familiares. Estén al pendiente en las redes de @mamasefuealaluna para toda la información que pronto saldrá de la nueva temporada.

Evan, ¿cómo ha sido para ti combinar roles de actor con los de director en otros proyectos?

Evan: Para mí es muy interesante porque significa que puedo ver e investigar la actuación desde distintos ángulos y eso hace que ambas ramas de mi profesión se nutran mutuamente. Por ejemplo, cosas que investigo en mi trabajo como actor en Todos eran mis hijos nutren mi trabajo de dirección en Mentiras, donde trabajo como Director Asociado; y sobre todo TODO informa mi rol como docente de actuación.

¿Qué viene para ti en esta segunda parte de 2023?

Evan: Estamos muy emocionados por darle la bienvenida a la tercera generación de la carrera en el Conservatorio de Actuación en Sunland. Mentiras el musical y Mentidrags siguen en el Teatro Aldama y en otoño habrá varias fechas de gira por la república.

También en noviembre regresa Mucho ruido y pocas nueces, en el Teatro Orientación del CCB. Y esperemos se concreten un par de proyectos tanto de cine, teatro y TV para el 2024.

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