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Medealand

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Roberto Sosa López
Roberto Sosa López
Amo el teatro, pertenezco ala Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro (ACPT)

Su territorio es ahora un hospital psiquiátrico, tirada en el piso despierta al escuchar la voz de su madre, no sabe qué pasó, ni dónde está; sus manos están manchadas de sangre. Piensa en sus hijos. Confundida habla con Creón, ha sido desterrada por lo que hizo. “Mi decisión es irrevocable, eres peligrosa….” En este hospital el diagnóstico es el peor. “Condición de la paciente Medea: ya no es un ser humano…”.

No tiene a donde ir, no tiene un hogar. No sabe qué pasó con sus hijos. Jasón la abandonó, se va a casar. En este nosocomio su mente alucina, en los rostros del personal médico están sus fantasmas, habla con su madre quien ya murió, Jasón se vuelve a enamorar de ella; Creón se la coge a cambio del no destierro. Dialoga con la diosa. “Ya no quiero ser mujer”, se quiere mutilar el clítoris, lo considera un traidor.

Medealand es obra de la escritora y traductora sueca Sara Stridsberg, su texto explora el personaje mítico a través de su psique. Medea en esta reescritura tiene repercusiones con las nuevas generaciones. Stridsberg encuentra en Medea afinidad y empatía con su género; dramaturgia que refleja la condición de ser mujer dentro de un patriarcado ciego e insensible como existen aún en muchos países hoy en día.

La dirección es de otra mujer, Esther André González, su propuesta es contar la historia dentro de un hospital psiquiátrico. El escenario se transforma en un nosocomio donde habitan  la paranoia, demencia y locura. La protagonista es por mucho el personaje más complicado, bajo su mirada Paula Watson lo actúa de forma impresionante.

Complementan el elenco Juan Carlos Remolina, Clarisa Malheiros, Elizabeth Pedroza, David Calderón Assira Abatte y Tamara González Cano. Excelente nivel actoral de cada uno, todos excepto Paula se desdoblan en dos o más personajes. Cabe destacar la participación de Assira, lo mismo encarna a una enfermera, es la novia de Jasón o una bailarina de ballet, extraordinaria su actuación, potencializa el montaje.

En breve entrevista para Teatro y Danza, Paula Watson comentó:

RS.- ¿Cómo fue el acercamiento a este proyecto, quién te contactó?

PW.- David Calderón quien interpreta a Jasón ya había trabajado con la directora Esther André González, le preguntó qué actriz de esta edad y este rango recomendaría para el personaje, él me recomendó. Me tomé un cafecito con Esther, platicamos, leí el texto y me encantó, pensé “yo tengo que hacer este obra”. Este texto son de esos que lees y dices “lo tengo que hacer”. Fue así, platicamos, tuvimos un par de sesiones, leer, compartir impresiones, y me dijo: “vas tu”. Medea para una actriz es un personaje… ¡de esos personajes…!!

RS.- ¿Habías hecho Medea antes?

PW.- Nunca, me dio terror y pensé “este es miedo del bueno y lo tengo que hacer”. Leí el texto, la adaptación de Sara Stridberg me encantó e impactó; fue directamente a la entraña, al corazón; decir estas palabras las siento muy mías. Cómo pasa con alguna novela que una lee, de pronto dices “esto lo pude haber escrito yo en algún momento”, claro no con la misma destreza y virtuosismo; hay algo en la esencia, estructura y demás que me pareció fascinante desde que inicié la lectura.

RS.- Esta Medea transita el tiempo, la vemos en la contemporaneidad y le habla a la mujer de hoy. ¿Cómo fue el proceso de construcción del personaje, hablar con él, qué te dice?

PW.- Fue bien largo y difícil, primero no batallar con la idea de dar vida a Medea, un personaje grande, lejos de mí presencia, lo primero fue acercarla, me pregunté  ¿cómo la atraigo hacia mí…? que se me acerque, abrazarla y desde ahí dialogar. Empecé a conectar con ella de forma muy humana, porque antes que todo es un ser humano, que se ríe, es dulce, pero también violenta, es un animal, es cabrona, hermosa…es todo, todo al mismo tiempo. Y está llena de incongruencias, eso para mí fue muy importante trabajar la incongruencia. Todo el tiempo está ocurriendo algo y luego pasa otra cosa. Está también el tema de la maternidad, yo no soy madre y surge esto de cómo entiendo la maternidad, cómo entiendo esta fuerza animal creadora y así mismo destructora, cómo pensar la justicia; cómo entender desde el lugar más contemporáneo el acto político de matar a los hijos. Por otro lado no es una mujer despechada, también le dan celos, sí y a la princesa le dice “puta princesa”, es todo eso. No puedo decir que fue el orden de nada; fue descubrir toda su humanidad constantemente, tratar de entenderla y darle toda la profundidad desde un lugar más humano, todo el tiempo menos allá, lejos. Y claro desde un punto donde sí hay una injusticia con un patriarcado que la ha aplastado; desde allí trabajar esa furia, a esta hechicera porque Medea es la bruja, la que viene de los bárbaros, es tremenda; lo tremendo está de muchas formas. Fue encontrar todos estos matices desde la humanidad y sobre todo de la fuerza y potencia del amor; el amor en todos los aspectos, no el de Jasón, el amor a la humanidad. Y como humanidad la pregunta es ¿tenemos que llegar a matar a los hijos? ¿Estamos así como seres humanos? Quizá lo que queda es eliminar todo de raíz.

RS.- La obra es un viaje por la psique de esta mujer ¿Cómo fue el encuentro contigo allí en esta mente enferma y cómo desde allí crear y desenvolverte cómo lo haces? Porque de verdad que actúas de forma sorprendente.

PW.- Descubriendo cómo eran las relaciones de cada quien, como lo dices, la estructura del texto de Sara es un viaje por la mente de Medea, ella trata de ordenar lo que pasó. ¿Qué hice? Acomoda sus recuerdos como ella quiere, ni siquiera sabemos si así fue, tiene mucho espacio para interpretar, y es muy rico como audiencia que tu armes tu rompecabezas; ella trata como de estructurar algo, luego dice “él me hizo algo y me siento así” El recuerdo que tengo de mi madre es que constantemente me abandona… me deja. Todas las escenas que tengo con la Diosa –Elizabeth Pedroza– es la doble voz de ella misma. Realmente fue meterme en su cabeza, cómo pensaba, cómo percibía el mundo; en dónde estaban sus descorches de conexiones más profundas, sus raíces más profundas, el amor, la furia; dónde lo tenía y a partir de esto encontrar estas relaciones, cómo explotan y son alegres. Jasón es todo, el ser súper, es la alegría, la dulzura y es eso encontrar en cada relación  la humanidad otra vez.

RS.-Esta obra le habla a la mujer de hoy que es violentada, abandonada.

PW.- Siempre hemos sido violentadas y abandonadas.

RS.- Un personaje mítico dialoga con las mujeres de hoy. Para ellas que vienen a  ver esta obra ¿con que quieres que se queden, que reflexión?

PW.- No sabría muy bien que decirte, me cuesta trabajo decir qué me gustaría que pensara la gente, pasan muchas cosas, es un tema que hoy nos rige muchísimo, si me gustaría que la mujer se dé cuenta que tiene toda la fuerza, la posibilidad y el derecho  de hacer lo que tenga que hacer con tal de defender su integridad  y su ser humana, y sí eso incluye –por supuesto no voy a ir diciendo ¡maten a sus hijos…! no va por ahí-  tener que pensar hasta donde como sociedad estamos pudiendo las mujeres creadoras. Para mí es muy contemporáneo decidir no tener hijos, yo decidí no tener hijos por muchas razones, es  algo con lo que si conecto, yo diría que es un acto político hoy decidir no tener hijos, no solo porque me parece que como humanidad somos una porquería ecológicamente hablando, es por muchas razones. Existe, hay algo ahí que sabemos por ejemplo el abuso y todo lo que ha pasado en nuestras vidas, en estos años donde las mujeres han sido violadas, agredidas. Pienso que la obra hoy toca ese tema: ¿Qué onda con la justica, la maternidad… el hambre? El crear y destruir. Creo que es por ahí, no lo tengo claro, son tantas cosas que me cuesta decir, yo tampoco lo tengo muy claro. Lo sigo descubriendo, cada ensayo y función  es como “ah va poa acá, no creo que por acá” Trato de escuchar otra vez el texto, de volverlo a pensar… y lo sigo descubriendo. Apuntó.

Medealand es teatro que mira el presente desde un personaje mítico escrito por el poeta griego Eurípides. Leí un comentario que la obra es anacrónica, me pregunto ¿por qué se siguen entonces representando los clásicos…? ¿Será que aún tienen mucho que decirnos…? Las resonancias que tenemos hoy con sus obras escritas siglos atrás siguen más que vigentes. Los clásicos nunca serán extemporáneos, creo.

La puesta en escena cuenta con el trabajo de un gran equipo creativo. Música original,  Alfonso André; diseño sonoro, Kiara Konstantellos André;  coreografía, Mauricio Rico; diseño de escenografía y vestuario, Kristos Konstantellos; video, Aldo Arriaga; iluminación, Patricia Gutiérrez Arriaga. Las funciones son en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, de jueves a domingo hasta el 1 de julio.

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